Protesto. ¿Cómo es eso de que el 2 de agosto podría ser declarado el Día de los hijos de puta?
Según me entero al leer la nota de EFE, un dirigente social argentino propuso que su país celebre, cada 2 de agosto, el “Día del hijo de puta", porque según él, aunque ha habido muchos en la historia de su país que merecen tal “honor”, ese día nació, en su opinión, el peor de todos: el ex dictador Jorge Rafael Videla (1925).
Mi objeción a la moción del proponente, lo reconozco, se debe a que nací un 2 de agosto y no me gustaría que existiera en el calendario de aquel país o de cualquier otro, un día para recordar, insultar u odiar a quienes ostentan historiales nada nobles o humanistas. Como es el caso de Videla.
Sé que en mi protesta hay una mezcla de ego ofendido (todos lo tenemos aunque muchos lo nieguen ante un puñado de cruces) y a la vez rechazo a iniciativas radicales que, como ésta del dirigente sureño, meten en un mismo saco lo bueno, lo malo y lo feo.
Revisando para ver qué personajes conocidos nacieron en la citada fecha, me encuentro con venezolanos como el escritor Rómulo Gallegos (1884-1969) y el compositor Lorenzo Herrera (1896-1964).
Están también la escritora peruana Isabel Allende (1942), el escultor francés Frédéric Bartholdi (1834-1904), autor de la célebre Estatua de la Libertad, regalo de Francia a los Estados Unidos y el científico estadounidense Elisha Gray (1835), quien pudo ser el inventor del teléfono, pero Alexander Graham Bell se le adelantó unas horas en el registro de la patente.
No, no, no. Me parece una propuesta absurda porque si de ofensas y personajes obscuros hablamos, ha habido tantos en la historia (lamentablemente) que tendríamos que emplear casi todo el almanaque para dedicarle días, semanas y hasta meses de aniversario, sólo para recordarle la madre a quienes, “con ahínco”, han dedicado su vida a echar a perder la de los demás. Créanme, la lista es larga.
Dictadores, terroristas, asesinos, violadores -y paremos de contar- tendrían que tener su día especial y con diferentes recordatorios. Por ejemplo, el 20 de abril para el dictador de origen austríaco Adolf Hitler (1889-1945), aun cuando el mismo día, pero en diferentes años, nacieron Mahoma, profeta del Islam; la religiosa peruana Isabel Flores (Santa Rosa de Lima) y el pintor español Joan Miró.
Mejor se versiona la frase de todos los días son el Día de la Madre (que se dice y no se cumple) y digan que todos los días son el Día de los hijos de puta, si es que hace falta decretarlo. En mi opinión, no lo creo necesario. Ellos lo saben.
Según me entero al leer la nota de EFE, un dirigente social argentino propuso que su país celebre, cada 2 de agosto, el “Día del hijo de puta", porque según él, aunque ha habido muchos en la historia de su país que merecen tal “honor”, ese día nació, en su opinión, el peor de todos: el ex dictador Jorge Rafael Videla (1925).
Mi objeción a la moción del proponente, lo reconozco, se debe a que nací un 2 de agosto y no me gustaría que existiera en el calendario de aquel país o de cualquier otro, un día para recordar, insultar u odiar a quienes ostentan historiales nada nobles o humanistas. Como es el caso de Videla.
Sé que en mi protesta hay una mezcla de ego ofendido (todos lo tenemos aunque muchos lo nieguen ante un puñado de cruces) y a la vez rechazo a iniciativas radicales que, como ésta del dirigente sureño, meten en un mismo saco lo bueno, lo malo y lo feo.
Revisando para ver qué personajes conocidos nacieron en la citada fecha, me encuentro con venezolanos como el escritor Rómulo Gallegos (1884-1969) y el compositor Lorenzo Herrera (1896-1964).
Están también la escritora peruana Isabel Allende (1942), el escultor francés Frédéric Bartholdi (1834-1904), autor de la célebre Estatua de la Libertad, regalo de Francia a los Estados Unidos y el científico estadounidense Elisha Gray (1835), quien pudo ser el inventor del teléfono, pero Alexander Graham Bell se le adelantó unas horas en el registro de la patente.
No, no, no. Me parece una propuesta absurda porque si de ofensas y personajes obscuros hablamos, ha habido tantos en la historia (lamentablemente) que tendríamos que emplear casi todo el almanaque para dedicarle días, semanas y hasta meses de aniversario, sólo para recordarle la madre a quienes, “con ahínco”, han dedicado su vida a echar a perder la de los demás. Créanme, la lista es larga.
Dictadores, terroristas, asesinos, violadores -y paremos de contar- tendrían que tener su día especial y con diferentes recordatorios. Por ejemplo, el 20 de abril para el dictador de origen austríaco Adolf Hitler (1889-1945), aun cuando el mismo día, pero en diferentes años, nacieron Mahoma, profeta del Islam; la religiosa peruana Isabel Flores (Santa Rosa de Lima) y el pintor español Joan Miró.
Mejor se versiona la frase de todos los días son el Día de la Madre (que se dice y no se cumple) y digan que todos los días son el Día de los hijos de puta, si es que hace falta decretarlo. En mi opinión, no lo creo necesario. Ellos lo saben.
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