Todos fuimos testigos. Seguimos con indignación cada "capítulo" de la historia de violencia del boxeador Edwin "Inca" Valero contra su joven esposa, Jennifer Viera.
Una historia de años que se hizo tan pública y notoria como sus movimientos en el deporte del cuadrilátero, donde llegó a ser campeón mundial.
Este caso de violencia doméstica, probado y comprobado por testimonios y fotografías tomadas tras los ingresos de la esposa al hospital, no fueron suficientes para evitar un crimen a todas las luces previsible: que la asesinara en cualquier momento, considerando los antecedentes del agresor.
¿Culpables? Por supuesto que Valero, pero todos sabemos que no es el único. El miedo, la ausencia de justicia, en fin, la impunidad hicieron de la suyas.
Por eso hoy, la noticia es repudiada por todos, porque sabíamos que podría suceder pero las acciones para evitarlo se quedaron en el camino.
Lo más grave es que los "Inca" Valero siguen haciendo daño cada día en miles de hogares mientras las Jennifer Viera se multiplican y la justicia, que la queremos ciega (es decir, imparcial), el problema es que la mayoría de las veces es sorda y muda.
Una historia de años que se hizo tan pública y notoria como sus movimientos en el deporte del cuadrilátero, donde llegó a ser campeón mundial.
Este caso de violencia doméstica, probado y comprobado por testimonios y fotografías tomadas tras los ingresos de la esposa al hospital, no fueron suficientes para evitar un crimen a todas las luces previsible: que la asesinara en cualquier momento, considerando los antecedentes del agresor.
¿Culpables? Por supuesto que Valero, pero todos sabemos que no es el único. El miedo, la ausencia de justicia, en fin, la impunidad hicieron de la suyas.
Por eso hoy, la noticia es repudiada por todos, porque sabíamos que podría suceder pero las acciones para evitarlo se quedaron en el camino.
Lo más grave es que los "Inca" Valero siguen haciendo daño cada día en miles de hogares mientras las Jennifer Viera se multiplican y la justicia, que la queremos ciega (es decir, imparcial), el problema es que la mayoría de las veces es sorda y muda.
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