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Mostrando entradas de abril, 2010

Arizona, racismo y las sospechas razonables

Casi medio millón de migrantes indocumentados, la mayoría hispanos, se convertirán en delincuentes en el estado de Arizona el próximo mes de julio. Por esos días, en el árido territorio del suroeste de Estados Unidos, que hasta mediados del siglo XIX era mexicano, las autoridades regionales considerarán un delito residir allí sin permiso. La policía, cual agente migratorio, podrá perseguir y detener a cualquier persona que, por “sospechas razonables” , parezca un inmigrante ilegal. El anuncio de esta cacería de sospechosos la hizo el viernes pasado la gobernadora republicana de Arizona, Jan Brewer, cuando promulgó la ley antiinmigrante SB 1070, la legislación más severa jamás aprobada en ese país. “La ley abre la puerta a la intolerancia, el odio, la discriminación y el abuso”, advirtió el presidente de México, Felipe Calderón, cuatro días después (¡!), cuando encendió las alarmas sobre las implicaciones nacionales y hasta internacionales que tendrá la normativa que criminaliza

Y usted, ¿leyó Cien años de soledad?

La pregunta que da título a esta nota la formulo, hoy Día Internacional del Libro, a modo de reflexión sobre lo que leemos y por qué. Presumo que seguramente la mayoría de las personas que conozco responderán con un sonoro y muy acentuado “sí, por supuesto que ya leí Cien años de soledad ”. ¿Cómo no haberla leído, si es catalogada como una obra maestra de la literatura universal y su autor, el colombiano Gabriel García Márquez , hasta fue reconocido con el premio Nobel en 1982, para orgullo de los latinoamericanos? Pues sí, la obra (publicada a mediados de 1967) ostenta una muy larga lista de válidas y contundentes razones para ser leída y, sin embargo, me incluyo entre los pocos lectores que aún no han disfrutado del realismo mágico de sus páginas. Debo admitir que, siendo periodista de profesión, oficio y convicción, para mí no es fácil confesarlo y hasta cierto punto, explicarlo; pero lo reitero, todavía no he conocido el maravilloso mundo de Macondo. Y sin ánimos de just

El "Inca” Valero: Resumen del caso

Viernes 26 de marzo de 2010: “Se trata de adulto masculino de 28 años de edad, natural y procedente de La Palmita-estado Mérida, casado, padre de dos hijos, de ocupación boxeador y religión católica, quien es referido por CICPC-Mérida a fin de determinar su estado mental, ya que funge como investigado por delitos contemplados en la Ley Orgánica del Derecho a la Mujer a una Vida Libre de Violencia. Durante la entrevista manifestó: ‘Yo iba a entrar al hospital, estaba bajo los efectos de la droga y el alcohol, cuando fui a entrar un funcionario me dijo que yo no podía porque tenía prohibido ingresar al hospital. Después entré y me mandaron a salir, me molesté porque estaban haciendo hablar a mi esposa y además habían colocado unas fotos de las lesiones de ella y dieron una información’. Historia familiar y personal: Proviene de una familia numerosa, el tercero de ocho hijos, creció dentro de hogar desestructurado en situación de calle desde inicios de la adolescencia. Fue escolari

...hasta que la mató

Todos fuimos testigos. Seguimos con indignación cada "capítulo" de la historia de violencia del boxeador Edwin "Inca" Valero contra su joven esposa, Jennifer Viera. Una historia de años que se hizo tan pública y notoria como sus movimientos en el deporte del cuadrilátero, donde llegó a ser campeón mundial. Este caso de violencia doméstica, probado y comprobado por testimonios y fotografías tomadas tras los ingresos de la esposa al hospital, no fueron suficientes para evitar un crimen a todas las luces previsible: que la asesinara en cualquier momento, considerando los antecedentes del agresor. ¿Culpables? Por supuesto que Valero, pero todos sabemos que no es el único. El miedo, la ausencia de justicia, en fin, la impunidad hicieron de la suyas. Por eso hoy, la noticia es repudiada por todos, porque sabíamos que podría suceder pero las acciones para evitarlo se quedaron en el camino. Lo más grave es que los "Inca" Valero siguen haciendo daño cada

Twitter, ¿qué pasa?

A finales del año pasado leí que un novio interrumpió su boda para actualizar su cuenta de Twitter. “Insólito”, pensé. “Es el colmo de la adicción a las redes sociales”, me dije. Antes había escuchado historias parecidas, pero nunca sobre alguien que durante un acto considerado como importante en la vida, detuviera el curso de “su” historia para actualizar su estado real en el mundo virtual. Pero sí, hasta allí hemos llegado y quizás ese incidente sea apenas un indicio de la influencia -¿positiva o negativa?- de las redes sociales en nuestras vidas. Como suele ocurrir, las cifras ayudan a entender ciertos fenómenos: el mundo del pajarito azul alcanzó esta semana los 105 millones, con un promedio de 55 millones de tweets y unas 600 millones de peticiones de búsquedas diarias, mientras que el Facebook ya cruza la esquina de los ¡400 millones de usuarios! Sin duda, cada vez somos más –me incluyo- los mortales que sucumbimos, por diferentes razones e intereses, a ser parte de la